Ésa fue la razón que esgrimió su dueño para pedir dinero a cambio de ceder el pergamino. Ésa y que su madre «quería que el Fuero estuviera en Avilés». «Él dice que no cobra por el documento, sino por la labor de custodia realizada por su familia a lo largo de los años», explicó ayer Román Antonio Álvarez. Y es que los descendientes del regente Pascual Quílez y Talón guardaron el pergamino durante 200 años, coincidiendo con la llegada de los franceses. La hipótesis es que este segundo Fuero estaba en aquella época en Oviedo, en la Regencia, tal vez para resolver algún asunto legal. Y la salida por la vía rápida del regente pudo motivar que éste se llevara algunos documentos, entre ellos el avilesino.
El concejal de Cultura supo de su existencia mientras preparaba un trabajo de investigación en el archivo municipal. Fue entonces cuando analizó el inventario de 1740, donde se cita un segundo Fuero, fechado en el año 1155 y realizado bajo el reinado de Alfonso VII, al igual que el primero. Los dos documentos, el antiguo y el que se recuperó ahora, son los más antiguos dentro de su familia, que es la de Sahagún. Según apuntó Álvarez, hay dos tipologías principales: la ya mencionada de Sahagún, que corresponde a las poblaciones ya asentadas, y en el que se recogen derechos que sus ciudadanos ya tenían, y la de Sepúlveda, para poblaciones nuevas reconquistadas a los musulmanes.
Fuente de la noticia: Nueva España, 22 de Enero de 2010