María Jesús Cuesta diseña y elabora una colección de lavabos utilizando la ‘rosa Sepúlveda’ que ella misma ha extraído de su cantera de Aldehuelas.
Hasta donde alcanza la memoria, la familia de María Jesús Cuesta se ha dedicado a extraer y transformar la piedra ‘rosa Sepúlveda’ en el pequeño pueblo de Aldehuelas de Sepúlveda. Ella ha escuchado viejas historias de cuando su abuelo paterno, Abdón, se afanaba en la cantera familiar, y ha visto trabajar sin descanso a su padre, Carlos, y a su madre, Francisca Santamaría. Y ahora es ella quien se encarga de dirigir ‘Canteras Cuesta’, una empresa dedicada, principalmente, a la ‘rosa Sepúlveda’, una piedra caliza de color rosado o asalmonado, sencilla de labrar y que se va endureciendo con el paso del tiempo.
Durante generaciones, de las canteras ubicadas en Aldehuelas de Sepúlveda ha salido ‘rosa Sepúlveda’ para suelo, paredes, dinteles, columnas, chimeneas... María Jesús Cuesta ha continuado la tradición, trabajando la piedra que luego sería destinada a la construcción de edificios. Y, aunque ella no quiere cerrar esa fuente de ingresos, dos circunstancias la están animando a dar un giro de 180º a su empresa.
La primera se deriva de la apertura de una casa rural de su propiedad (Los Lebreles Namasté), decorada por ella misma. “Lo que más llama la atención de la casa a los clientes son los lavabos que he realizado en ‘rosa Sepúlveda’, artesanalmente”, explica la artista. La segunda viene provocada por la situación económica, que ha reducido las ventas de piedra en bruto. “Efectivamente, la demanda ha caído bastante, así que habrá que buscar otros mercados”, confiesa.
El éxito de sus modelos de lavabos y encimeras, unido a los efectos de la crisis, la llevan a considerar que “es el momento de producir diseño”, entendiendo que sus creaciones “pueden ser una salida” para que su empresa siga perviviendo.
María Jesús Cuesta insiste en que ella realiza “todo el proceso”, desde la extracción de la ‘rosa Sepúlveda’ de la cantera hasta la talla de la piedra, utilizando instrumentos como la maceta, el cincel, el puntero o la gradina. Y, para animar a los clientes, ella subraya que sus modelos “son piezas únicas”, talladas de forma artesanal, diferentes a los que se encuentran hoy en el mercado.
Fuente de la noticia: El Adelantado de Segovia, 09 de Diciembre de 2010